VENECIUELA MATRIZ DE LA HISTORIA UNIVERSAL


CAPITULO 2

VENECIUELA

EL REENCUENTRO

Después de 4.000 años del diluvio universal, 3.896 años de la primera separación intercontinental y 2.941 años de la segunda deriva continental,  hecatombes que provocaron la separación geográfica y destrucción de la ciudad y desplome de la gran torre, llegan los españoles a su origen, aquí a América. Sin saber que se trataba de un reencuentro, que significaría el inicio de una reintegración mundial, retardada aún por encasillamientos.

Para ese entonces los custodios de las ruinas de aquella antigua coyuntura, son los caquetíos, descendientes de los arahuacos, parientes de los cananeos. El Diao o Cacique Manaure, era el Jefe de los caquetíos, a quien se le atribuían diversas capacidades y dominios divinos. Hubo muchas referencias escritas sobre él, como lo de su dignidad, hidalguía, el dialogar con Dios, hacer llover y detener la lluvia, fabricar cerros y canales de riego, entre otras facultades extraordinarias.
     
El Diao Manaure, era un genuino descendiente de la familia real, que gobernó desde el principio esta primigenia ciudad con su torre, de la cual partieron las demás civilizaciones. En Suramérica Arawac o Anawac y en el Medio Oriente Anac o hijos de Anac. Tampoco debe ser coincidencia esta semejanza de nombres precolombinos y cananeos, al igual que hayan sido gigantes, ambos. Aún, la similitud de sus lenguas, específicamente la hebrea, lenguaje nativo que sorprendió a los colonizadores por su elegancia y perfección, como afirman los cronistas de ese entonces. Aunque el arahuaco es una lengua muerta, la semejanza del hebreo con la lengua guajira actual, también de origen arahuaco, es otra prueba fehaciente de esta interrelación.

Estas evidencias integran con las geológicas que ambas culturas fueron contemporáneas y ascendientes de una misma tribu, la cananea. Eso explica la hidalguía hallada en los caquetíos y su gran cacique. La presencia de tantas virtudes en un jefe, su dominio total del territorio occidental de Venezuela, así como su organización jurídica, inducen a más de un historiador a definirlo como Manaure, El Magno. Contraste que se inscribe muy pronunciado en aquella época, donde el barbarismo era la orden del día, resalta mucho cuando se compara la sociabilidad caquetía con la actitud depredadora de los que se presentaron como cristianos o de un mundo civilizado.  

 

EXPECTATIVAS Y PERSPECTIVAS ORIGINARIAS

El Dr. Luís R. Oramas, hace referencia del mando continental del Diao Manaure, así:

“Coro es la plataforma avanzada de una mina riquísima de historia de una Venezuela, que pugnaba por consolidar en las Antillas su posición de soberana del Mare Nostrum, mediante la creación de establecimientos políticos en las islas por donde hoy asoma el rubor de América en la forma absurda de colonias europeas. Lo que es hoy el Estado Falcón, era previamente la gestación de un gran poder de tipo tropical indígena. Con actividades comerciales centrales, este lugar terminó siendo el receptor y banquero de las transacciones e intercambios entre los pueblos más importantes entre el Norte y el Sur.

Como prueba de ello los caquetíos dejaron testimonio de su planificación, los embajadores y cónsules de Manaure aplicaron un plan económico Panamericano, en el que de hecho sería nuestra Patria instituida como la bolsa de valores y lugar de feria para los fines económicos de las culturas continentales.” Boletín del Centro de Historia del Estado Falcón, Año V, Numero 8, marzo de 1957, Págs. Nº 42,43.

El Diao Manaure supo perfectamente que habían sido y lo que representaban la Península de Paraguaná y el Cerro Santa Ana y, a pesar de su desventaja bélica ante los invasores, él trazó la futura continuación del mando de esta área circundante, como digno sucesor arahuaco y caquetío que era. El conocimiento de sus umbrales le permitió trazar estrategias visionarias, inimaginables para el hombre común. Los indios sin saberlo, obedecieron fielmente a su dirección, camuflando construcciones antiguas, haciéndolas pasar como cerros y cegando entradas y cuevas, engañando a los colonizadores con estrategias definidas por Manaure.

Así se continuó guardando el secreto, primeramente, demostrando desinterés por una tierra con apariencia árida. Fue ésta la táctica principal, igual que no hacer la guerra a los teutones ni a españoles, desviándolos de sus objetivos y decidiendo un éxodo hacia tierras posiblemente mejores en el centro-occidente de Venezuela y renunciando a un supuesto sequedal que no debía despertar sospechas.

Algunos se han atrevido a denigrar de su comprobada actitud cívica, pacifista e integradora ante los españoles y los welsares, señalándole como cobarde por no presentar una guerra abierta. Pero el presente y la postrimería le distinguirán, como el único cacique americano que trazó una estrategia y con ella finalmente fue que se venció a los invasores.

Los logró engañar y desviar de su único destino, causa de su barbarie, la ruta dorada, por la cual preguntaron en todo el continente americano y de la que solo encontraron afirmaciones y referencias. Manaure, terminó de ocultar de la geografía local lo que pudiese identificar la tierra original, dejando sembrados en esta tierra todos sus valores y el deleite de la victoria para la posteridad.

Fue el campeón de la estratagema pacifica y desigual, imitador de la inmolación de Cristo en la cruz o de un invencible maestro ajedrecista, que sacrifica todas sus piezas ante su ambicioso adversario, para finalmente arrebatarle la victoria. El es, el Diao Manaure. Presentémosle reconocimiento y honores.

 

AGUA GRANDE O VENECIUELA

El acreditado antropólogo, sociólogo e historiador español, Adrián Hernández Baño, afirma en las páginas 20 y 96 de su libro “LOS CAQUETÍOS DE FALCÓN”, que el Golfete de Coro puede ser lo que se señaló en aquel entonces como el lago de San Bartolomé, mejor conocido después como Lago de Maracaibo. Asegura que los palafitos que vió Alonso de Ojeda, fueron los de Paraguaná. Él no presenta soporte ni argumenta esta señalización en este libro, pero estoy totalmente de acuerdo con ella y aunque siga pecando de irreverente, con el respeto póstumo que merece nuestro profesor, voy a presentar la argumentación.

En el primer viaje exploratorio del año 1.499, los que escriben y son testigos y protagonistas visuales, son cuatro personajes: Alonso de Ojeda, Juan de la Cosa, probablemente Américo Vespucio y el entonces bachiller y futuro abogado Martín Fernández Enciso, originario de Sevilla y patriarca de la navegación española. Este último es quien actualmente goza de mayor credibilidad entre los del grupo.

Fernández Enciso, fue el autor del libro “SUMMA GEOGRAFIA”, obra honrada con un privilegio real en Zaragoza, el 5 de septiembre de 1.518. Después de 19 años de aquel primer viaje exploratorio del año 1.499, se demuestra el crédito de Fernández Enciso, con el reconocimiento real a su trabajo. Fernández Enciso, manifestó conocimientos que aún demarcan la náutica actual.

A diferencia de sus otros colegas de exploración, que en mayor o menor grado tuvieron problemas con la Corona, aquellos al parecer, albergaban más intereses personales que los que alojó Fernández Enciso, estrechando dichos intereses las oportunidades de aquellos y acortando sus días de vida. Ambiciones sórdidas, las cuales contribuyeron a las posteriores apariciones de señalizaciones vagas, que hasta hoy confunden a los historiadores. Algunas consentidas de adrede por los suspicaces exploradores y otras reglamentadas por la Corona, con códigos secretos, que evitarían el aprovechamiento de sus esfuerzos por parte de ladinos. Los juicios a Colon y a Ojeda, tuvieron que ver mucho con estos aspectos.

Los últimos desarreglos fueron inducidos por el Diao Manaure, con tácticas de desviación de objetivos. Para demostrar estas aseveraciones, deberá leerse y detallarse en los siguientes párrafos una parte original del texto de “SUMMA GEOGRAFIA”, orientación primigenia o de primera línea, donde se refiere en aquel entonces el ya abogado Martín Fernández Enciso, al primer viaje exploratorio del año 1.499 en el occidente de Venezuela o Coquibacoa. El coloreado, subdivisión de párrafos, subrayado y los paréntesis con asteriscos numerados, no son propios, serán usados con fines pedagógicos.


El color azul destaca la orientación cardinal, el color rojo las distancias, el verde la definición de la legua o unidad de medida de Fernández Enciso. El subrayado y la negrilla, destacarán la importancia que amerita ese texto. Los paréntesis con asteriscos numerados señalarán en el mapa la secuencia del recorrido naval de aquellos navegantes en Venezuela.

 

Sitio Web que publica esta carta original:

http://64.233.179.104/search?q=cache:_aobuAqi3eoJ:www.fpolar.org.ve/veroes/500/f/2370.htm

 

“Pues es dicho de las islas, volvamos a la costa de Paria, a do co | mençamos a dezir de las islas. (*1)Digo pues q salido de Paria bu | elue la costa dela tierra al Oeste. ay desde la boca (*2)del golfo de pa | ria fasta al cabo que esta sobre el golfo de aljofar setenta e cinco | leguas. esta el (*3)golfo de aljofar al Oeste. quarta al Norueste en .ix. grados | y medio. queda en medio el golfo de todos sanctos. cabo el golfo de todos | sanctos (*4)ala parte del Oeste entra vn cabo dela tierra (*5)en la mar bien tres le | guas: y en par (*6)deste cabo al Norte, enla mar adentro (*7)ocho leguas estan los | frayles e roques q es vn ayuntamiêto de islas pequeñas como rocas: e ha | zia ala (*8)parte del Oeste delos frayles esta (*9)la isla Margarita (Apostilla: Mar | garita. | Perlas.) q es (*10)vna isla | que tiene veinte leguas de Leste Oeste e de norte sur doze. en todo el rede | dor desta isla se pescâ perlas finas en quâtidad. y en el golfo de aljofar se pes | can tâbien.

Pero enesta isla ay mas quâtidad e mayores. e a la vanda del | sur son las mas e mayores. (*11)doblado el cabo de aljofar buelue vn golfo de | mar entre dos (*12)tierras al Este (*13)mas de quinze leguas de ancho: en este se pes- | câ muchas perlas e mucho aljofar: las conchas en que se criâ son como las | delas almejas sino que son grâdes e reluziêtes de dentro como las mismas | perlas: pero de fuera son del color delas almejas: pescâ se muchas en quâti | dad. (*14)del cabo del golfo de aljofar (*15)al cabo que esta sobre puerto flechado (*16)q | se llama Tucuraca ay ochenta leguas. esta tucuraca en .ix. grados y medio | en medio queda el cabo de isleos. e antes del estâ puerto solo y el puerto de | cañafistola: y después del esta puerto Flechado q tiene muchos isleos an | te si. toda esta costa es de muchas pesquerias: y en ella ay aruoles de caña- | h3r: fístola que echâ las cañas tâ gruessas como vna gruessa lâça. es buena: pe- | ro como tiene mucha carne corrompe se antes q la que aca ay. estâ el puer- | (Apostilla: Caña- | fistola.) to flechado y el de la cañafistola en ocho grados. esta tierra es de mucho ba | stimêto. ay en ella muchos papagayos y perlas ealjofar. los indios de esta | tierra vsan flechas tâ complidas como vna braça e muchos arcos: ay jun- | cos grâdes de que hazen bastones.

(*17)Desde Tucuraca fasta al cabo de sant | Româ ay cuarenta e cinco leguas. (*18)esta el cabo de sant Româ al sudueste. | cuarta al Sur en .xi. grados. el cabo de (*19)sant româ entra dêtro enla mar ve— | inte leguas que no lleua la tierra en ancho mas de tres e cuatro leguas. e ala parte del este tiene el (*20)puerto de Coriana. e a la parte del Oeste al puer- | to del Pico: son buenos puertos. ay desde ellos fasta al cabo veinte leguas | estâ en .x. grados. (Apostilla: Coqui | bacoa.) (*21)Desdel cabo de sant Româ al cabo de Coquibacoa ay | tres isleos en triâgulo. entre estos dos cabos se haze vn golfo de mar en fi- | gura quadrada. e al cabo de Coquibacoa entra desde este golfo otro gol- | fo pequeño en la tierra cuatro leguas. e al cabo del, a cerca dela tierra est | vna peña grande que es llana encima della. y encima della esta vn lugar d’ | casas de indios que se llama Veneciuela. esta en .x. grados.

(Apostilla: Veneci- | uela.) entre este golfo | de Veneciuela y el cabo de Coquibacoa haze vna buelta el agua dentro de | la tierra ala parte del Oeste. y en esta buelta esta Coquibacoa. aqui se ha hallado peso y toque para el oro enel lugar que es grâde. e(*22) dizê los indios | que traen el oro de fasta a veinte e cinco leguas de dentro dela tierra. e (*23) que | quâdo vâ alla por ello lleuâ el peso y el toque para conoscer lo que traen. | En todas las indias del poniente no se ha hallado peso sino aqui. el lugar | de Coquibacoa es grâde e bueno de buena gente pacifica. en Veneciuela | es la gente bien dispuesta: e ay mas gentiles mugeres que no en otras par- | tes delas de aqlla tierra. ay perlas buenas e crescidas: avn q no ay tantas | como enla Margarita. aqui vsan los indios lâças de a veinte e cinco pal- | mos: e tiraderas como dardos. (*24)desdel cabo de Coquibacoa fasta al cabo | dela Vela ay cuarenta leguas.

(Apostilla: Cabo d’ | la vela.) (*25)Esta el cabo dela Vela ala media parti- | da del Oeste e del Norueste. en .xii. grados y medio. junto a este cabo dela | vela ay vn buen puerto con vn isleo delâte, que esta ala parte del Oeste. pas | ado el cabo dela vela buelue la costa al Sur. quarta al Sudueste. y es la co- | sta baxa e toda la tierra del cabo dela vela es tierra baxa. desde cabo (*26)dela | vela a Tucuraca ay treinta leguas. (Apostilla: Tucu- | raca.) esta Tucuraca en. xi. grados y medio. | es buen puerto. (*27)Desde Tucuraca a sancta Marta ay veinte e cinco legu- | as. (*28)sancta marta esta al Oeste en . xi. grados y medio. es buen puerto: tiene | vn isleo delante: es el mejor puerto de toda esta costa.

Esta tierra de sancta | (Apostilla: Sancta | marta.) Marta es tierra que se riega por mano por cequias. e los panes e cosas q | siembrâ y plâtâ los riegan. es tierra algo abierta: e tiene sierras altas e pe- | ladas. la arena delos rios es toda margarita que es piedra de color de oro | que paresce que es toda oro.. ay enella muchos puercos e muchos cieruos. | halla se en poder delos indios mucho oro e cobre. halla se mucho cobre do - | h3v: rado, dizê los indios que dorâ el cobre con vna yerua que ay en aquella tie | rra la ql majada e sacado el çumo e lauado el cobre con ella e puesto al fue | go sebuelue de color de oro muy fino e sube mas o benos (sic) en color segun que | ellos le dâ mas o menos yerua. la gente es bellicosa e feroz: vsan arcos e fle | chas poco mayores que viras: y vntâ las con yerua y es tâ ponçoñosa la | yerua que por dicha escapa hombre que con ella sea herido.”

El punto cardinal oriental o el este, no es que Fernández Enciso lo omita mucho, sino que lo resume así: (. e), como punto seguido y una conjunción gramatical, pero no se trata simplemente de una conjunción aunque se confunda con ella, es la orientación cardinal oriental o el punto cardinal este. Esto lo resaltamos en su escrito de este modo . e.

Note usted mismo la diferencia en otras frases de esta misma carta, cuando Fernández Enciso usa también la letra e y no es su intención señalar una orientación cardinal; allí hay ausencia del punto-seguido que precede a la letra e, entonces sí la usa como una conjunción gramatical. Si es posible relea la carta y compruébelo, cuando menciona la orientación cardinal oriental y el . e juntamente, lo que hace es redundar o intenta despistar. Esta es una obviedad más de Fernández Enciso o una clave de lectura exigida por la Corona, que se corrobora en el contexto de su carta.

Una legua marina moderna equivale a 5.555 metros, pero es inaplicable para aquel tiempo, en el cual no había los consensos actuales. A la sazón, Fernández Enciso usaba el sistema de Tolomeo, nivelando el norte con la rosa náutica de los 32 vientos, le daba el valor a un grado de 17 ½ leguas, pero esto es muy engorroso para la actualidad. Entonces es imprescindible en estas condiciones cotejar las leguas de Martín Fernández Enciso, con alguna clara referencia geográfica en su misma carta.

En los asteriscos 9 y 10, coloreado el texto de verde, él delimita el largo de la Isla de Margarita en 20 leguas y el ancho en 12 leguas. Ahora, basados en sus propias apreciaciones, lograremos definir con el mínimo margen de error la dimensión de sus leguas en kilómetros, obviando los grados. La isla tiene 67 km de largo y 33.5 km de ancho.

Si 20 leguas equivalen a 67 km, 1 legua equivaldría a 3.35 km
Si 12 leguas equivalen a 33.5 km, 1 legua equivaldría a 2.79 km
Buscando el valor medio y el margen de error.
3.35km + 2.79 km = 6.14 km / 2 valores = 3.07 km
Donde 3.07 km equivaldría a una legua de Fernández Enciso o de la época.
3.07km / 3.35 km = 0.92 x 100 % = 92 – 100 = 8 % es el margen de error.

Respecto a la exactitud de los poblados, señalados como vigentes en el mapa del recorrido de Fernández Enciso, recordemos siempre que en sus leguas tenemos intrínseco un error de 8 %. Lo que implica que si se profundiza más la investigación, interpolando estos valores con otras cartas, mapas y registros históricos, finalmente cambien algunos de estos poblados por menos o por más, dentro del 8 % de este margen de error.

 

Ahora, detalle en este mapa el recorrido que hizo Fernández Enciso en las costas venezolanas, los paréntesis y asteriscos numerados señalan en el mapa la ruta naval; con las medidas expuestas en su carta original, comparadas sus leguas a la escala actual a través de kilómetros. Evalúe este mapa con la carta de Fernández Enciso:

Mapa instructivo del recorrido de Fernández Enciso

Mapa instructivo del recorrido de Fernández Enciso

 

Siguiendo el mismo orden de Fernández Enciso o claves de la Corona, él establece dos Tucuracas, cada una con 45 leguas de distancia hasta el Cabo San Román (*17), una Tucuraca con los “isleos. e” (*16) es decir en el este del Cabo San Román y otra Tucuraca con el sudoeste del Cabo San Román (*18). De esta manera en el recorrido de Fernández Enciso concuerdan todas las distancias, orientaciones cardinales, islas, ríos, en esta parte occidental.

Respecto a los ríos alrededor del Golfete de Coro, muchas escrituras pretéritas hablan de la cercanía del Rió Coro. Adrián Hernández Baño en “LOS CAQUETÍOS DE FALCÓN”, Edición 1984, Pg., 20 escribe:

“hay una cita del Obispo Miguel J. Ballesteros al Rey de España en el año de 1.550 y le decía “Media legua de la ciudad de Coro pasa un río que se llama Coro, de quien tomo nombre  esta ciudad, y por ser muy provechoso de riegos y poblados de indios, los españoles hicieron  su asiento en comarca de él. Los indios antiguamente, una legua del río arriba tenían hecha una presa, que ellos llamaban buco”…Maldonado, Monseñor Francisco Armando, Opus Citae p. 159”.

Probablemente este río desembocaba en el Golfete de Coro, pero seguramente los mismos caquetíos realizaron una estrategia desorientadora, después del primer encuentro con los españoles en 1499, una desviación de cauce dirigida al este, hacia La Vela de Coro, que ha contribuido igualmente al acelerado deterioro del Golfete de Coro. Actualmente en épocas de lluvia, el Golfete se alimenta del río Mitare y otros arroyos pluviosos.

Cuando Fernández Enciso; detalla en su carta a Coquibacoa, empieza con la clara referencia de tres islotes(*21) “Desdel cabo de sant Româ al cabo de Coquibacoa ay | tres isleos en triâgulo.” En el archivo de planos, Servicio de Historia Militar en Madrid, se encuentra un mapa del año 1800, que reseña también estos tres islotes en triangulo en el Golfete de Coro, como los representa Fernández Enciso en su carta. Dicho mapa fue diseñado por el Teniente Coronel Don Andrés Boggiero, el cual fue trazado de acuerdo a un plan de inteligencia militar, solicitado por los reyes de España, Don Carlos IV y Luisa de Borbón. Es recomendable detallar este Mapa, que a continuación presentamos:

El mapa del Teniente Coronel Don Andrés Boggiero año 1800

 

El mapa del Teniente Coronel Don Andrés Boggiero

 

Sigue Fernández Enciso: “entre estos dos cabos se haze vn golfo de mar en fi- | gura quadrada. e”. El golfo de figura cuadrada al este, como podrá constatar es el Golfete de Coro, en ese Golfo su forma cuadrada se puede visualizar geográficamente en el horizonte, lo que no se puede hacer con el actual Golfo de Venezuela, por su gran extensión geográfica, donde el horizonte impide a un navegante visualizarlo completamente y compararlo, para que un navegante pueda definir su figura cuadrada de una ojeada. Como lo pudo hacer fácilmente Fernández Enciso, en el Golfete de Coro y destacar su forma.


Al observar el mapa del Golfete de Coro, se apreciará su forma cuadrada y el actual deterioro de su ecosistema. La arena de los medanales lo está cubriendo. En este mapa de  Paraguaná, por ser mas grande que el anterior, se notan más los anillos y triángulos que mencionamos anteriormente.


mapa del Golfete de Coro


http://eol.jsc.nasa.gov/scripts/sseop/photo.pl?mission=STS069&roll=718&frame=81&QueryResultsFile=111989434430562.tsv
Ellos, en ese primer viaje pensaron que el Golfo de Venezuela era mar abierto, como se nota en el mapa de Juan  de la Cosa, o simplemente no le asignaron nombre. Este mapa de Juan de la Cosa es muy semejante a la narración de Fernández Enciso. Detalle en el, la forma cuadrada del Golfete de Coro, también el Golfo de Veneciuela o de Paraguaná y su monte alto o Cerro Santa Ana. La Aguada y la Laga en este mapa, se trata de Castilletes. Bien vale la pena pormenorizar esta fracción del mapa de Juan de la Cosa del año 1.500.

 

mapa de Juan de la Cosa


La futura confusión, cándida o encubridora, reemplazó al Golfete de Coro por el Lago de Maracaibo; sin embargo, la raigambre de la primera concesión no aminoró. Detállelo en las cartografías de muchos años después.

En los siguientes mapas, uno publicado en Ámsterdam por Wilhelm y Johannes Blaeu, en 1635 y el otro publicado en Paris en 1656 por Sansón y Abeville, no se le coloca el  Golfete de Coro a la Península de Paraguaná, sino se coloca en su lugar el Lago de Maracaibo y la Península se ubica al norte del Lago, como si el Lago de Maracaibo fuese el Golfete de Coro. Al golfo de Veneciuela o de Paraguaná, ya para ese entonces se le llamaba, Puerto del Pico.

 

Mapa de Wilhelm y Johannes Blaeu en 1635

 

Mapa de Wilhelm y Johannes Blaeu

 

Mapa de Sansón y Abeville  publicado en 1656

 

Mapa de Sansón y Abeville

 

En el año 1.730 es cuando Hipolyte Louis Guerin, viene a diferenciar el Golfete de Coro de el Lago de Maracaibo, pero se continúa colocando el golfete al norte del Lago con la Península de Paraguaná. No era simplemente torpeza de los cartógrafos, el error era una consecuencia de la influencia del primer consentimiento, que reconoció inicialmente al Golfete de Coro como el Lago de San Bartolomé. Véase el plano de Hipolyte Louis Guerin del año 1.730.

Mapa de Hipolyte Louis Guerin, año 1730

Mapa de Hipolyte Louis Guerin

En el mapa de Juan López, publicado en Madrid en 1787, a la Península y el Golfete de Coro se les ubica finalmente, en el sitio que les corresponde. Confírmese esto en el siguiente mapa.

Mapa de Juan López, publicado en Madrid en 1787
Mapa de Juan López, publicado en Madrid


En este último mapa también se destacan en el Golfete de Coro los tres islotes que menciona Fernández Enciso (*21), ratificándose en esta proyección el testimonio de que antes, tales promontorios se identificaban como tres islas en el Golfete de Coro, previo al  presente deterioro en el Golfete. Los últimos seis mapas que hemos presentado ha sido gracias a la Edición del libro “PARAGUANÁ, Tradiciones y cambios en el hábitat de una región venezolana”, la cual recomendamos ampliamente y aprovechamos para agradecer a sus autores, el prodigarnos tan extraordinaria obra: Graciano Gasparini, Carlos González B. y Luise Margolies. Congratulaciones.

 

CONFUSIÓN DE POR SIGLOS

Las interpretaciones que se hacen en nuestros días, a los escritos de los cuatro testigos, de ese primer viaje exploratorio, contienen muchas contradicciones y confusiones. Compruébese en las cartas más antiguas referentes a este viaje, que ninguna destaca la singular barra de arena que se forma entre el Golfo de Venezuela y la embocadura de Maracaibo, tampoco el agua dulce propia del lago, como lo subrayó Juan de la Cosa, con el Río Orinoco en su mapa del año 1.500.

El desarreglo conllevó a trasladar el Cabo de Coquibacoa a lo que es hoy el Puerto Ingles, de la Península de la Guajira Colombiana. Así sucesivamente, siguieron interpretando y transponiendo el Cabo de la Vela y la Santa Marta de Alonso de Ojeda a Colombia. Fernández Enciso, aquí menciona en el oeste, unas islas (*28); se refiere a Isla de Toas, la Isla de Maracaibo y la de los Pájaros; también a las arenas de los ríos que llama Santa Marta que, era en la actual boca del Lago de Maracaibo. En esta área del mar abierto nunca se han registrado palafitos, es oportuno aclarar.

Todo indica que no entraron al Lago de Maracaibo en ese primer viaje, sino más al este, al Golfete de Coro y al Golfo pequeño de Fernández Enciso, el de Veneciuela, en Paraguaná. Área que encierra la Bahía de Amuay, Las Piedras, Carirubana y el de Puerto de Guaranao (* véase en el mapa del recorrido de Fernández Enciso, el Golfo de Veneciuela). Allí, en aquel entonces, se encontraban los palafitos de los indios Guaranaos, quienes emigraron después de aquel lugar, más al este, para fundar la población de Santa Ana de Paraguaná.

 

Siguiendo con la sección (*21) de la carta de Fernández Enciso, hace leer: “se haze vn golfo de mar en fi- | gura quadrada. e al cabo de Coquibacoa entra desde este golfo otro gol- | fo pequeño en la tierra cuatro leguas. e” La carta indica que tanto el golfo cuadrado como el pequeño entran hacia el este “quadrada. e y leguas. e”, también que el golfo pequeño entra al este cuatro leguas. El nivel del mar ha venido bajando desde aquel entonces, si se subieran los niveles conforme a las marcas del circulo dibujado en el mapa, que delinea la ciudad de Punto Fijo, serían alrededor de 12 kilómetros de golfo o las cuatro leguas indicadas por Fernández Enciso, lo que indica que en aquel entonces esta área semicircular estaba cubierta por el mar, y no fue hace millones de años.

VENECIUELA EN GUARANAO Y EL ENCANTO

De lo anterior pasamos a: “al cabo del, a cerca dela tierra est | vna peña grande que es llana encima della. y encima della esta vn lugar d’ | casas de indios que se llama Veneciuela”. Destaca asimismo que en el golfo pequeño hay una piedra tan grande y llana, que los indios tenían sus casas encima de ella. Hay mucha discusión erudita respecto a esta piedra, porque nunca la han conseguido en el Lago de Maracaibo. Además muchos historiadores aseveran que esta piedra no estaba en la superficie, sino debajo del mar y que servia como fundamento a los maderos de los palafitos, puesto que Ojeda y Vespucio, solo dan testimonios de las casas de los indios sobre el mar y no de la piedra.

El enigma lo resuelve la leva de mar. Fernández Enciso, reseñó estas casas con la marea baja para destacar la gran piedra, la cual le llamó mucho la atención, sobre todo, la forma magna y artificiosa de ésta, vestigio de una ciudad destruida. Ojeda y Vespucio prefirieron hacer la indicación en marea alta, por la semejanza que tenía el lugar con la artística ciudad de Venecia e incluso el nombre autóctono de Veneciuela. Obsérvese en la siguiente foto la gran piedra llana, la misma que tuvo que haber visto Fernández Enciso, en la hoy área del Puerto o Bajada de Guaranao, antiguo Golfo de Veneciuela o Agua Grande.

 

Golfo de Veneciuela o Agua Grande

Golfo de Veneciuela o Agua Grande

 

Pero aquí, es importante destacar sin ninguna intención chauvinista ni xenófoba, respecto al origen, propiedad y autonomía del nombre de Venezuela. Con legitimidad, lo que nos mueve es un propósito de identidad, que nos capacitará mejor hacia una reintegración intercontinental, para la paz y la salud mundial. Estoy seguro que estos fueron los principales propósitos de nuestro Diao Manaure y sus ancestros.

El historiador Ramón Hernández Villoría a pesar de las correspondientes y justas diferencias conmigo, refiere al respecto: Web:
(http://www.simon-bolivar.org/bolivar/nombre_vzla.html y http://encontrarte.aporrea.org/teoria/sociedad/29/a9534.html)

 “la carta del 18 de julio de 1.500 que Vespucio dirigió a su protector Lorenzo Médici, en la cual cuenta, después de abandonar la "isla de lo Gigantes" (se ignora a cuál de las actuales islas neerlandesas se refiere), lo siguiente:
"Di questa Isola fummo ad altra Isola commarcana di essa a duci leghe, e trovammo una grandissima popolazione che tenevano le lor case fondate nel mare come Venezia, con molto artificio, e maravigliati di tal cosa, accordammo di andare a vederli e comma fummo alle lor case vollovi difendersi, che non entrassimo in esse..." (2).


La traducción al español da cuenta de una grandísima población, en una isla vecina de la anterior por diez leguas, que tiene sus casas con mucho arte construidas sobre el mar, como Venecia. Esto es todo lo que escribió Vespucio. No hay ningún diminutivo, no hay ninguna pequeñez por ninguna parte. Por el contrario, Vespucio destaca que la población es grandísima, y construida con mucho arte.”

“Significado de Veneciuela

Antonio Vázquez de Espinosa, sacerdote español que viajó por casi todo el continente en el último tercio de los mil quinientos, escribió en su "Compendio y descripción de las Indias Occidentales", fechado en 1629, lo siguiente:
"Venezuela en la lengua natural de aquella tierra quiere decir AGUA GRANDE, por la gran laguna de Maracaibo que tiene en su distrito, como quien dice, la Provincia de la grande laguna..." (5)

El origen del nombre de Venezuela es indígena, y quiere decir Agua Grande”  

En este texto de Ramón Hernández Villoría, hay dos datos relativamente ratificatorios de lo que estamos exponiendo. En el pasaje, los hemos resaltado en negrillas. La única Isla de los Gigantes que limita diez leguas con otra región, es Aruba con Paraguaná. Cerciórese de esto en el mapa a escala del recorrido de Fernández Enciso. Lógicamente no podía tratarse del Lago de Maracaibo, que está a ochenta leguas de la isla de los gigantes más cercana, Aruba.

El otro dato es, si usted tiene la oportunidad de ingresar a través de Internet en el programa gratuito de: http://earth.google.com/  • Get Google Earth (Free Version), en el mapa mundial, usted ubicará la Península de Paraguaná y con el Mouse en la mano recorrerá la superficie de la Península; notará que al pié de la pantalla se indica además de las coordenadas, la altura respecto al nivel del mar, en pies, en cualquier área hurgada por el cursor. Comprobará así que todas las aguas o desniveles en Paraguaná desembocan en el singular triangulo llamado “El Encanto” o “La Cueva”, en la población de Yabuquiva.

Así continúan las aguas a través de un gran canal o quebrada bastante grande llamada Guaranao. Tenían muy buenas razones en llamar los indígenas a este gran canal, “AGUA GRANDE” o Veneciuela. Aguas que eran producto de toda la pluviosidad de la zona. Las dimensiones actuales de la quebrada definen la gran cantidad de agua y sedimentación natural que pasaba por allí antiguamente. A estas aguas y salinas de la “Quebrada de Guaranao”, hasta hace poco, se les atribuían propiedades salutíferas.

Todo indica que Veneciuela es un nombre toponímico. Según Ramón Hernández Villoría, la versión que ratificó años después la autonomía indígena o toponimia del nombre de Venezuela aparece en el libro "Relaciones universales del mundo" de Juan Botero.

 

Véase en la próxima foto, la quebrada que indujo a los indígenas a denominar esta área, Agua Grande o Veneciuela, tomando como referencia a la actual Quebrada de Guaranao. Este paisaje se encuentra en el mismo sitio donde se tomó la foto de la piedra llana de Fernández Enciso, con la diferencia que aquella toma fotográfica, fue realizada al contrario, con la vista al mar y esta última foto, con la panorámica hacia la costa de la Península, se nota al fondo la Zona Franca de Paraguaná.

A este sitio se le conoce como la carretera de la Bajada de Guaranao o final de la avenida Bolívar de Punto Fijo. Esta ubicado al lado del Puerto Guaranao y del Puesto de Control de la Guardia Nacional de Venezuela. Las coordenadas de estas tres últimas fotos son: Latitud Norte N 11º39’18.7”, longitud Oeste W 070º13’19.7”. Dichas coordenadas fueron establecidas con un equipo de navegación global (GPS GARMIN eTREX Legend C), configurado en la parrilla o formato de posición: hdddºmm’ss.s”. Esta configuración y el mismo equipo serán usados para determinar las coordenadas de las restantes fotografías y se ubicarán las coordenadas en el lado inferior izquierdo de las fotografías, alrededor de la fecha.

 

Puerto Guaranao

 

Recalcando sobre la ubicación original del Golfo de Veneciuela y Coquibacoa, haremos referencia al tema desarrollado por el profesor Carlos González Batista, “OJEDA EN PARAGUANÁ” en el Boletín del Centro de Historia del Estado Falcón, Años XLV – XLVI, 1998 - 1999, Números 44 y 45, Pág. Nº 44, Coro, Venezuela.
 

“Podemos verlo en la carta de Titus Neukomm, fechada en Coro a 6 de septiembre de  1535… donde todavía se habla del golfo de Venezuela  o lago Maracaibo traduciendo el término indígena de Paraguaná “al decir, refiriéndose a la  muerte de Ulrico  Sailer, que éste “habia traído un navío a un agua grande, distante cerca de 40 millas de aquí”. Resulta verdaderamente notable que el autor no reparara en estas 40 millas, pues si Neukomm se quiere referir al golfo de Venezuela, y redacta su carta desde aquí, es decir, desde Coro, le estaría mintiendo a los destinatarios de su carta. Al parecer, Neukomm quiere, del mismo modo genérico,  indicar otro lugar. Bastará  multiplicar 7.4 kilómetros por cada milla alemana para saber con cierta precisión el lugar al que hacía referencia: El lago de Maracaibo.”

Ahora podemos entender que Titus Neukomm, no estaba equivocado ni tampoco mentía, cuando asignó la distancia de 40 millas desde Coro a Agua Grande: “habia traído un navío a un agua grande, distante cerca de 40 millas de aquí (Coro)”. Se refería al Golfo de Paraguaná, a Veneciuela. Una milla son 1.609 metros, 40 serían 64.360 metros. Exactamente, esa es la distancia náutica entre Coro y el Golfo de Paraguaná. Téngase en cuenta que en otros mapas de la época, dibujaban barcos que fondeaban dentro del Golfete de Coro, operación que no se puede realizar ahora por su poca profundidad a consecuencia de su cegamiento.

COQUIBACOA

Sigamos con Fernández Enciso, “(Apostilla: Veneci- | uela.) entre este golfo | de Veneciuela y el cabo de Coquibacoa haze vna buelta el agua dentro de | la tierra ala parte del Oeste. y en esta buelta esta Coquibacoa.”. Él estaba en la parte este, en el Golfo de Paraguaná, en Veneciuela, y explica que detrás o en la parte oeste, solo hay que dar una vuelta o girar y allí estaba Coquibacoa. Para él fue tan cerca y tan elemental, que no le asignó más orientación, ni distancia o leguas, porque desde allí cuando se voltea al oeste con un cielo despejado, solo hay que mirar y allí está La Punta de Chicaguas o Punta Codore.


La obviedad también está en que la única orientación donde se puede girar después de estar en el oeste era al sur, donde se encuentra el Golfete de Coro, porque al norte quedaba el mar abierto. Entonces La Punta de Chicaguas, en el Golfete de Coro, es el celebre Cabo de Coquibacoa.


EL ENCANTO O LA CUEVA DE YABUQUIBA

Continúa: “aqui se ha hallado peso y toque para el oro enel lugar que es grâde. e (*22) dizê los indios | que traen el oro de fasta a veinte e cinco leguas de dentro dela tierra. e (*23) que | quâdo vâ alla por ello lleuâ el peso y el toque para conoscer lo que traen. | En todas las indias del poniente no se ha hallado peso sino aqui. el lugar | de Coquibacoa es grâde e bueno de buena gente pacifica. en Veneciuela”. Aquí, él continúa hablando del este del Golfo de Paraguaná “enel lugar que es grâde. e”. En la misma sección (*21) de esta carta, él utiliza la palabra grande, entonces grâde no es la misma palabra grande, aunque de otro modo grade es sinónimo de agradable.


Quiso decir entonces, el sitio que es agradable, que se halla en el este “grâde. e”; Fernández Enciso,está hablando de “El Encanto” o “La Cueva”, que se encuentra exactamente al este del Golfo de Paraguaná o de Veneciuela. Como explicamos antes, se trata de un sitio de vegetación tropical muy agradable, con sobresalientes árboles, encerrado sorprendentemente en un triangulo geográfico, delimitado por la vegetación xerófila exterior. Los indígenas vivían allí en palafitos con este microclima, “aqui. el lugar | de Coquibacoa es grâde e bueno de buena gente pacifica. en Veneciuela”. Este sitio es el mismo Coquibacoa o Veneciuela.


Ahora “(*22) dizê los indios | que traen el oro de fasta a veinte e cinco leguas de dentro dela tierra. e”, 25 leguas de Fernández Enciso, equivaldrían a 77 km aproximadamente, difícilmente la Península de Paraguaná tendrá 70 km entre sus extremos mas alejados. La masa terrestre superficial o la corteza continental tiene un espesor entre 20 y 70 kilómetros, A esta profundidad es muy probable conseguir los placeres. Así se denominan los depósitos naturales de gemas. Es factible que Fernández Enciso, cuando describía el sitio agradable se refería a los placeres. Entonces, la palabra “dentro dela tierra. e” no significa tierra adentro o en la superficie, sino “por debajo de la tierra, que está en el este”. No por casualidad le deben llamar a este sitio, también “La Cueva”, aunque numerosas personas le atribuyen el nombre a la forma enredada de sus arbustos.

Lo siguiente, a exponer, no tiene soporte científico, pero, los cuentos y las leyendas son como las aguas de río, algo traen. Se dice que cuando los Welsares perseguían a los caquetíos y ya los tenían acorralados, algunas veces, estos se les desaparecían misteriosamente. También, que los caquetíos caminaban a través de cuevas subterráneas de rocas impermeables, desde Paraguaná a las Islas de los Gigantes. Asimismo, que los murciélagos de Paraguaná y los de las Islas de Aruba y Curazao se intercambian en las profundidades. Esto último sería más fácil y rápido de comprobar. Son demasiados indicativos, que inducen a pensar que buscaban el oro en cuevas, a distancias muy largas, partiendo de Coquibacoa o Veneciuela, que quedaba al este del Golfo de Veneciuela; es decir, del “El Encanto” o “La Cueva”. Diferénciese Coquibacoa del Cabo de Coquibacoa y Veneciuela del Golfo de Veneciuela.


Se lee, “(*23) que | quâdo vâ alla por ello lleuâ el peso y el toque para conoscer lo que traen. | En todas las indias del poniente no se ha hallado peso sino aqui. el lugar | de Coquibacoa es grâde”. El epicentro o causa que dio inicio a la posterior confusión de lugares fue esta observación, remarcada en negrillas. El hecho de decir “En todas las indias del poniente”, era como decir actualmente, en toda América; y decir también “no se ha hallado peso sino aqui.”, era expresar que precisamente estos indígenas tenían la exclusividad o monopolio de explotar, pesar y vender el oro. Significaba todas estas cosas para los europeos, que este sitio era donde había estado el codiciado “Dorado”, mina buscada por diversas culturas desde hacía milenios.


EXPLORANDO SIMILITUDES

En Génesis 2:8, se lee que Dios plantó un huerto en el oriente, es decir, llenó de grandes árboles un área llamada Havila; rica en bedelio, resina de la sabia de diversas plantas; igualmente abundante en cuarzo; Havila, era una tierra regada por un río subterráneo o un chorro de agua natural, llamado Pisón, que después de seco se convirtió en una cueva. Havila y Pisón, son palabras hebreas que combinadas significan o componen la figura de un espiral, motivo principal del arte cavernícola, como explicamos antes.

Interceptando estas características con la narrativa de las anilladas Atlántidas de Platón y las particularidades geográficas del sitio llamado “El Encanto” o “La Cueva” y las mismas originalidades de toda la topografía de la Península de Paraguaná, zona a la par de abundante cuarzo y bedelio. También las coincidencias de las primeras impresiones narradas por los conquistadores, todo indica o se ajusta a que estamos ante los restos del mítico río Pisón o su cueva que guarda hasta el ahora inalcanzable “Dorado”, no tanto la riqueza del metal aurífero o piedras preciosas que podamos encontrar allí, sino por las sorpresas, conocimiento ancestral y riquezas arqueológicas, que nos deparará esta zona, por el legado de Manaure que nos debe estar esperando allí, a manera de, discernimientos que nos emanciparán, efectivamente. A continuación algunas fotos de la “Cueva de Yabuquiva” o “El Encanto” en Paraguaná.


Cueva de Yabuquiv


El Encanto

 

Ciudad Sol

 

El Encanto

 

Elifaz, uno de los tres sabios amigos de Job, define poéticamente esta área original, evocada también por todas las culturas primigenias y lo hace así: “Tendrás mas oro que tierra y como piedras de arroyos oro de Ofir”, Job 22:24. Elifaz se refería al Edén, al Paraíso perdido y prometido, a la restitución que se haría a todos los pueblos de esta magnificencia y grandes riquezas, preparadas desde el principio para la posteridad. Ocultada hábilmente por nuestros ancestros por el bien común.

En los siguientes capítulos trataremos de mostrar en mejor forma, esta táctica ancestral y complementar todo lo expuesto hasta ahora. Para lograr percibir lo macro, hay que ubicarse a distancia. La dimensión del Diao Manaure, fue de tal magnitud, que no se pudo visualizar por centenas de años. El Diao Manaure será catalogado en el futuro como un trascendental estratega, él es quien delineó los derroteros de los españoles y tudescos, frustrándolos en su anhelada búsqueda de la “Ciudad Sol”, que nunca pudieron encontrar.

 
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